Y se acaba esta enfermedad. Ya estoy 99.8% recuperado.

Pero entre tanta pastilla tuve ayer un sueño raro: estaba con unos amigos de viaje llegando a un aeropuerto en bus y al llegar el bus nos dejó pero no bajó nuestras maletas así que nos pusimos a buscarlas por todo el aeropuerto, era un lugar raro lleno de tiendas y gente extraña bajo el sol de verano. No entendí nada y no recuerdo que idioma hablaban. Uno de ellos encontró su maleta en medio de la nada, nosotros aun seguíamos pero preocupados porque el vuelo salía en 2 horas y no habíamos hecho el check-in ni por la web. En mi mente recordaba que yo tenía que tomar otro vuelo de conexión a ver a alguien especial (pero no sé quién era) e incluso imaginaba lo que vería a través de la ventana del avión de noche.

Desperté sin encontrar mi maleta.

Por ahora no estoy buscando nada, en la vida real.

Y se acaba. La enfermedad y el sueño.

Recordé esta película que vi hace un par de meses por la tele una noche cualquiera mientras estaba intentando dormir en una cama de hotel de una ciudad lejos de la mía y me recordó en algo a mi mismo, no siempre hay un final feliz para todo.

Recomiendo esta película, porque a pesar que lo que más interesa no es la trama es el mensaje que da. Porque es cierto.

Y hay cosas que no se pueden cambiar.

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