Regresé a Lima por un par de dias. Un par nomás.

Son buenas y malas noticias.

Por un tema de balance vida-trabajo tuve que hacer una pausa a mi vida para ver que quiero hacer con tanto viaje de trabajo. Vacaciones ya no me quedan hasta fin de año y tengo varios viajes ya planificados para el resto del año y casi nada mi agenda es en Lima.

Mi flaca ya me tiene con cuando vuelvo y las cosas desde ya hace tiempo están imposibles. Así que para nuestras salud mental hay que decidir que hacer. Una y otra vez hablando (y posteando) de lo mismo.

Quiero creer que por algo es el esfuerzo sobrehumano que estoy haciendo. Ojalá.

Hice una pausa (cuál propaganda de café) y hablé con mi jefe y como resultado de estabilizar mi vida/trabajo tuve que declinar varios proyectos. Feliz hubiera sido renunciar pero no puedo.

Mi sustento para declinar es el sobreesfuerzo y roncha que me sale al decir lo siguiente... voy a estudiar.

Un sustento como ese de desarrollo profesional es el único capricho que me pueden entender en esta carcel conocida como trabajo.

Formalmente regreso a Lima en unas semanas más y me quedo "estable" por varios meses.

Lo que no sé es para quién son las buenas noticias y para quién las malas.

De vuelta a las clases.

:'(