Había comentado que en estos días he vuelto a pintar. No pintar paredes con sombrerito de papel periódico ni de brocha gorda (ni flaca) sino esa afición que siempre tuve por la pintura, arte y más. Como me di cuenta que nunca sería famoso y menos viviría de eso, cambié de rumbo. A la fotografía y luego cambié a lo que soy hoy. Dicen que soy bueno en todo lo anterior. Dicen.

Ahora que tengo que hacer decenas de cosas para no aburrirme fuera de mi habitat natural (traducido: afuera de mi casa, mi lugar, mi país) me metí a unas clases de pintura. Es retornar a lo básico pero el tiempo se me pasa volando haciendo cosas que me relajan. En esa tarde soleada que salía del museo de las primeras clases vi un anuncio de una exposición fotográfica de ciudades latinoamericanas. O algo así, ya estoy hablando algo el idioma del país donde estoy así que fue lo único que entendí. No dudé y ubiqué la sala de la exposición.

Era un salón grande aun con escaleras y las luces no todas ubicadas correctamente hacia las fotos que ya estaban colgadas en fila en las paredes a la altura de los ojos de cada espectador y con la leyenda de la ciudad en que fue tomada. Empecé por ver las fotos en blanco y negro cuando una chica me dijo algo mientras se acercaba.

Luego de explicarle que no entendí nada de lo que me dijo y ella comentarme que habla español, vió mi interés en las fotos y que ella nunca había estado en Perú.

Esa chica resultó ser la joven fotógrafa de la exposición (con razón su cara me pareció familiar con el cartelazo de afuera), ese arte único representando en fotos. Luego de por más de 2 horas de conversar acerca de las fotos (que revisamos una por una) de gran parte de todo latinoamerica que visitó durante los últimos meses, técnicas de fotografía y etc, me comentó que no ví que la exposición recién abría en un par de días y yo me zampé en ese salón de puerta abierta.


Le conté que vivo en Perú y blah, blah y que sobretodo no lo incluyera en ninguna foto. Incluso ni lo conoce. Creo que cometí el error de contarle que tengo un blog con fotos tomadas con celular y cámara cualquiera. Mientras se iba hacia su Mac me preguntó: Cuál es el link?. Si quieres yo lo escribo, mientras lo estaba tipeando y antes que terminé de cargar le dí click en un photo album donde están las fotos para que no vea tanta tontera que escribo.

Ya me tenía que ir y me dió un flyer de esta exposicion pero en la parte posterior apunto su teléfono y correo para ponernos en contácto si alguna vez va a Perú a pesar que le recalqué que viajo por trabajo regularmente.

La típica despedida de un gusto conocerte, que tengas suerte en tu exposición y más blah, y me fui. Últimamente ando medio serio y molesto.

Eso fue el sábado pasado por la tarde. El Domingo por la tarde daba vueltas cuál adolescente preguntadome: la llamo? ó no la llamo?.

No la llamé pero grande mi sorpresa al llegar el Lunes a la oficina y ver un comentario de ella en este blog en una de las 417 entradas que hay hasta el momento.

Pero más aun al recibir un correo debido al post de "Se necesita" y como adjunto me envió una foto mía, que me tomó (obviamente no me dí cuenta) estando en su exposición y sonriendo delante de una foto de un lugar muy familiar para mí.

Sólo me pregunto: por que estas cosas me pasan a mí? estaré en una película y no me he dado cuenta? Donde está el maldito guionista que hace sufrir al protagonista para recalcarle que deberían existir finales felices y no tantos comienzos, terminos y espirales?

Hoy por la tarde voy a ver por segunda (casi primera) vez a La Fotografa.

FOTO DEL DÍA

"Dentro de uno de los supermercados Metro en Lima, Perú"
Distrito: Surquillo