Nunca me ha gustado salir a comprar. Eso de pasarte horas de horas caminando en un centro comercial para comprar ropa es perdida de tiempo.

Sea lo que sea siempre voy algún centro comercial cuando necesito comprar algo no para hacer hora o pasear sin sentido. Tampoco compro lo primero que veo pero si me doy mis vueltas y se me va el tiempo.



Cuando uno es niño no te queda otra que quedarte con tu familia y pasar casi un día completo comprando ropa. Pero para mi suerte teníamos una estrategia en mi familia. Llegamos juntos al lugar, cada quien por separado y la vez escoge la ropa que quiere y nos juntamos para pagar. Claro, previa revisada de Mamá para ver si la ropa te queda bien y revisada de Papá sobre las etiquetas para ver el precio. Por lo menos mi infancia no pasó tan aburrida comprando ropa, por lo menos no me acuerdo.

Pero claro cuando estás en otro país claro que no pierdes el tiempo, son las mismas chucherías que en tu país pero con otro nombre y quizás otro color pero ahí si compras feliz y contento.

Ayer pasamos más de 2 horas comprando ropa. Nada más marica de sentirme genial con mi polito nuevo.

Y hoy vamos a regresar.