Claro que nos conocíamos de hace un tiempo pero todo era indiferente y diferente.

El primer día que nos presentaron fue casi exactamente por estos días el año pasado, como olvidar el concierto de James Blunt cuando fuiste tú en reemplazo de ese ticket que yo tenía de más. No sabía quien eras en ese entonces, esa amiga en común te llamó. Y sólo ese día nos vimos y nos despedimos al dejarte en tu casa. Hoy son diferentes las veces que te dejo en tu casa.

Al final de ese mes que nos volvimos a ver, un día que no recuerdo la fecha pero si la hora en que recién salía el sol destruiste con la mirada mi castillo de arena cuando me dijiste que si la arena estaba demasiado húmeda se desarmaría. Te fuiste para seguir corriendo y se desarmó. Regresaste para reírte y yo para odiarte porque tenías la razón. En esa misma playa de toda la vida para los dos quizás las cosas empezaron a cambiar pero aun seguían siendo diferentes.

Los amigos en común hicieron que nos veamos más pero me contaron que te fuiste a estudiar fuera, regresarías en un par de meses del curso así que sólo el tiempo tenía que pasar pero en ese entonces ese tiempo que nos separaba me era indiferente.

Pero no paso mucho tiempo sino pasó la casualidad (y no el destino) que nos hizo encontrarnos en esa ciudad en la que nunca había estado y no fue hasta el último día que nos pudimos ver y me enseñaste los mejores lugares que puedan existir (no por el país ni la ciudad sino porque estabas tu y estaba yo).

Los meses pasaron y en ese tiempo todo era diferente en mi vida así que no pude ser más para ti.

Todo era diferente, ahora ya no lo es.

Todo era indiferente, hoy es diferente.