Y ayer Domingo corrí la maraton esta de Adidas.

Si, estoy en Lima.

No, 21K nomás corrí.

Si, primera vez que corro tanto.

Mientras corría los primeros 10K (de bajadita) que fácil se sentía y mientras pensaba que no podía creer que estuviera corriendo (si, cualquiera lo hace pero a ver métete a una carrera), los 11 que me quedaban me sentía morir pero lo gratificante es que según yo "muriendo" pero pasaba a personas como flecha (o quizás los otros estaban arrastrandose).

Sin parar 21K, atorándome con el agua San Luis (que fea es, para mi es amarga) y el powerade amarillo que me dieron horrible (cual caramelo de limón). Esponja mojada que me dieron para refrescarme la cara que quedó con olor y sabor a plástico (de esponja) y cáscaras de plátano tiradas en el suelo (que ya me imaginaba que me caería cual caricatura).

Ya faltaba poco y pensaba que si soy capaz de hacer esto, en la vida soy capaz de hacer cualquier cosa. Si que uno se motiva y saca energías!... antes de morir.

Cuando estaba por acabar aceleré un poco para ganar minutos y segundos (justo acabo de ver los resultados en la web y según yo ese reloj está mal porque no es lo que yo ví al llegar, devuelvanme mi plata!).

La motivación se acabó al darme cuenta que fui uno más del montón que corrió, uno más del montón sudado cual salido de piscina, uno más del montón con medalla en el pecho, uno más del montón.

Hoy ya es otro día, y sigo siendo uno más del montón. Si, corrí. Le gane a miles según el ranking, pero... y?

Estar algo más de 2 horas corriendo conmigo mismo no me sirvió de nada parece.

Esta inmadurez del preocuparme con el que hacer con mi vida no sé hasta cuando durará, a pesar que hoy no es un día más.

Creo que voy a escribir en el blog más seguido.

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UN DÍA COMO HOY...
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